lunes, 8 de mayo de 2017

Lumbalgia



El dolor lumbar es un síntoma que hasta un 80% de los individuos padecerá al menos una vez en la vida. También una de las principales causas de ausentismo laboral entre la población activa.

Las lumbalgias son, en su mayoría, episodios transitorios producidos por lesiones poco importantes, pero existe un porcentaje de ellas que tienen su origen en una patología sistémica grave, que puede incluso poner en peligro la vida, o ser cuadros de dolor que se prolonguen durante meses o años, produciendo graves trastornos personales, sociales o psicológicos.

Desde el punto de vista clínico y de tratamiento, las lumbalgias se clasifican en dos grandes grupos, en función del dolor:

1.- Mecánica: el dolor mecánico se relaciona con la movilización, mejora con el reposo, no existe dolor nocturno espontáneo. Puede ser debido a alteraciones estructurales y a sobrecarga funcional y postural. Ambas causas referidas a los elementos que forman parte la columna vertebral: cuerpo vertebral, ligamentos, discos vertebrales, musculatura paravertebral.

2.- No mecánica: el dolor es diurno y/o nocturno, no cede con el reposo, puede alterar el sueño. La gravedad que se esconde detrás de algunos cuadros de lumbalgia se presentan en este grupo clínico. Su origen puede ser: inflamatorio, infeccioso, tumoral y visceral.

Según la evolución

Este parámetro ayuda a orientar y definir más el cuadro y es de especial interés en las lumbalgias mecánicas, ya que su tratamiento cambia según el tipo de evolución.

L. Aguda: se denomina así a la que dura menos de seis semanas.

L. Subaguda: cuando se sitúa entre seis semanas y tres meses.

L. Crónica: aquella cuyo tiempo de evolución es mayor a tres meses.

TRATAMIENTO

Como medidas generales:

Reposo en cama dura no más de 4-5 días, con movilización temprana.

Disminución de peso en caso de obesidad.

Ejercicios para desarrollar la musculatura lumbar y abdominal.

Actitudes posturales adecuadas.

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